La base del amor está en el cerebro y no en el corazón
¿Sabías que la base del amor está en el cerebro🧠 y no en el corazón♥️?
Pues ese fue el resultado del estudio realizado por la Universidad de Syracuse, en Nueva York y publicado en el Journal of Sexual Medicine (Revista de Medicina Sexual).
Según la profesora Stephanie Ortigue, enamorarse puede provocar la misma respuesta eufórica que provocan las drogas ilícitas en el cerebro.
Y también activa varias zonas cerebrales, incluidas las vinculadas con funciones cognitivas sofisticadas.
La investigadora y su equipo analizaron varios estudios llevados a cabo en el pasado sobre la respuesta del cerebro al concepto del amor.
Descubrieron que cuando un individuo se enamora, se activan 12 áreas cerebrales para liberar compuestos químicos como dopamina, oxitocina y adrenalina.
Los científicos querían responder a la pregunta "¿nos enamoramos con el corazón o con el cerebro?"
Según la investigadora, la respuesta es compleja porque el concepto del amor involucra procesos que van desde el cerebro hasta el corazón (como los latidos más rápidos que a veces relacionamos como síntoma del amor) y viceversa, pero lo que si se pudo constatar es que la base del amor inicia en el cerebro.
En la siguiente infografía destacamos los puntos más importantes y curiosos del estudio.
Fuente BBC: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2010/10/101027_amor_cerebral_men
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¿Qué áreas del cerebro se activan cuando nos enamoramos?
Al enamorarnos, se activan diversas áreas del cerebro. La base del amor está en el cerebro y no en el corazón, como muchas personas pueden pensar. El estudio de la Universidad de Syracuse identificó 12 áreas cerebrales involucradas en el proceso. Estas incluyen el sistema de recompensa y áreas asociadas con la producción y liberación de neurotransmisores como la dopamina, que genera sentimientos de euforia y placer. Otras áreas implicadas son aquellas relacionadas con las emociones, la memoria y la atención.
¿Cómo afecta la dopamina y la oxitocina a nuestras emociones y comportamientos cuando estamos enamorados?
La dopamina y la oxitocina juegan roles cruciales en el amor. La dopamina, a menudo asociada con el sistema de recompensa del cerebro, contribuye a sensaciones de felicidad y placer, y puede fomentar la motivación para buscar y mantener relaciones amorosas. La oxitocina, conocida como la 'hormona del amor', fomenta la vinculación y la confianza, y se libera en momentos de intimidad física y emocional, fortaleciendo el vínculo entre las personas.
¿Existe alguna diferencia en la actividad cerebral cuando experimentamos diferentes tipos de amor, como el amor romántico y el amor platónico?
Sí, hay diferencias en la actividad cerebral según el tipo de amor. El amor romántico suele activar más intensamente las áreas del cerebro asociadas con el deseo, la atracción y la recompensa. En cambio, el amor platónico activa regiones relacionadas con el vínculo emocional y la conexión profunda, pero sin la activación intensa del sistema de recompensa que caracteriza al amor romántico.
¿Puede la ciencia del cerebro explicar por qué algunas personas se enamoran más rápidamente que otras?
La ciencia del cerebro puede ofrecer algunas explicaciones. Factores como la sensibilidad del sistema de recompensa, las experiencias pasadas y la predisposición genética pueden influir en la rapidez con la que una persona se enamora. Algunas personas pueden tener una mayor sensibilidad a los neurotransmisores relacionados con el amor, lo que podría hacerlas más propensas a enamorarse rápidamente.
¿Cómo influyen las experiencias previas y la memoria en nuestra percepción y experiencia del amor?
Las experiencias previas y la memoria juegan un papel significativo en cómo experimentamos el amor. Nuestras experiencias pasadas, almacenadas en la memoria, pueden afectar nuestras expectativas, miedos y cómo interpretamos las señales en las relaciones. Si hemos tenido experiencias positivas, podríamos ser más abiertos y optimistas hacia nuevas relaciones. En cambio, experiencias negativas o traumáticas podrían hacernos más cautelosos o incluso temerosos del amor.